Sigo poniendo en el blog todo lo que encuentro en distintas publicaciones y que tienen a Boñasr como referencia. Es un servicio que hago a todos los del pueblo y a los interesados en nuestras cosas.
En esta ocasión tomado del blog de Rafa y Rosi, que es muy interesante, y que están muy interesados en el camino de Santiago que pasa por Boñar. Te pongo su artículo sobre:
"BOÑAR Y SUS FUENTES DELA SALUD EN EL VIEJO CAMINO DE SANTIAGO POR LÑA PROVINCIA DE LEÓN".
Historias y Leyendas del Viejo Camino de
Santiago en la provincia de León.
Los
peregrinos de la Asociación del Camino de Santiago de León
"Pulchra Leonina" hemos
recorrido el Viejo Camino de Santiago hasta Boñar donde hemos encontrado la
salud y la buena gastronomía.
Salimos
de La Losilla por el Camino Gallego que recibe el
nombre de “senda de los rocinos” por la frecuente utilización de este medio de
transporte hace años.
Entramos
en Boñar pasando junto a la ermita de San Roque, Santo
patrón de la localidad, abogado de la peste y santo peregrino por excelencia.
Existen
infinidad de tradiciones en
torno a San Roque aunque no
se sabe mucho de él a ciencia cierta. Se cree que aprendió rudimentos de
medicina en Mompellier y cuando quedó huérfano entregó su herencia a los pobres
y peregrinó a Roma, dedicándose por el camino a atender a los enfermos. Llegó a
curar a un cardenal que se lo presentó al Papa. A su regreso se contagió él
mismo de la peste y decidió retirarse a un lugar apartado. Aquí comienza la leyenda del perro, llamado
Melampo, que le llevaba comida al bosque. Cuando su amo, que se llamaba
Gottardo, mosqueado por el hurto de los panecillos de su mesa, decidió seguir
al can, descubrió a Roque en tan mal estado, que compadecido le llevó consigo a
casa para cuidarlo. Los hagiógrafos no se ponen de acuerdo si fue gracias a un
ángel, (que aunque no consta su nombre, pienso que se llamaría Rafael, pues
este nombre significa medicina de Dios), a Gottardo o al perro Melampo, pero
Roque se curó y pudo seguir aplicando sus conocimientos médicos hasta llegar de
nuevo a Mompellier. Allí fue detenido por los soldados y encarcelado, acusado
de ser un espía. Murió en prisión, después de cinco años de cautiverio.
San
Roque es abogado de la peste y santo peregrino por excelencia.
Y a
partir de aquí se urde la leyenda, pues además de peregrinar a Roma, se cree
que tuvo tiempo de hacer el Camino de Santiago llegando incluso a pasar
por Barcelona. Se cuenta que cuando entró en la ciudad condal,
milagrosamente, todos los infectados de peste se curaron
instantáneamente.
Hay
constancia de que también se tenía una gran devoción al perro del santo. El día después de la onomástica de San Roque, se continuaban
llevando cirios a los templos para colocarlos junto a su imagen, pero con la
diferencia de que dichos cirios votivos no iban dedicados al santo, sino ¡al
perro!
Se
cantaban oraciones, gozos y todo tipo de intenciones para el
"chucho". Este aprecio venía motivado por la leyenda de que en el día
en que San Roque visitó la ciudad condal acompañado de su
perro, los canes que tenían la rabia, huyeron de la ciudad. Todo
esto le hace ser también el protector de los perros ¡Con el permiso de San
Antonio Abad, por supuesto! También en algunos sitios es patrón de los
picapedreros y marmolistas, pues el nombre de Roque parece proceder de roca,
construcción sólida, defensiva. Esto tendría una explicación lógica para
comprender la abundancia de devociones al santo en nuestras montañas, desde
tiempo inmemorial, cuando aún no se veían peregrinos por estos lugares, pero sí
había calado en el subconsciente colectivo las muchas rocas defensivas o
fortalezas, de antiguas batallas. Del pavor de batallas habría surgido la
advocación de ayuda y protección divina.
Llegamos
al centro de Boñar hablando de estas cosas y practicando con el famoso
trabalenguas:“El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Rodríguez se lo
ha cortado”... y nos dirigimos a la plaza donde podemos contemplar “El maragato en la torre”, que tanto pondera la canción de “dos
cosas tiene Boñar que no las tiene León”.
“Dos
cosas tiene Boñar que no las tiene León, el maragato en la torre y en la plaza
el negrillón”
Pero
ahora que el negrillón no es más que un recuerdo, nosotros hemos inventado otro
final: “El maragato en la torre y los exquisitos nicanores o los “chuchos” (no
los perros, sino los dulces de repostería). Boñar tiene una oferta gastronómica
a mi gusto. Siempre que paso por la localidad aprovecho para comerme una
exquisita ensaladilla y unas mollejas de “toma pan y moja” en un restaurante de
toda la vida y no me voy sin llevarme de recuerdo los dulces que os he dicho,
de una elaboración artesana finísima.
Mientras
fotografiamos al Maragato, nos dicen que el marqués de Astorga fue patrono de
la iglesia parroquial de Boñar, contribuyendo a su reconstrucción y dejando
como obsequio el reloj de la torre. La maestría del carpintero local, Desiderio
Cañón consiguió crear un maragato boñarés del tronco de un peral. Dió lugar a
la coplilla local:
"Maragato, maragato
que estás hecho de peral,
de hijas de Desiderio
eres hermano carnal."
Calmamos
nuestra sed en una fuente a nuestra derecha. El suelo se ha recrecido con los
siglos y ha quedado escondida casi bajo tierra, pero debió de ser muy
importante, pues una inscripción en latín pondera sus propiedades medicinales
“clorosis sanat…”
Aunque
la más utilizada hoy en día está junto a la peña la Salona, donde brota el
manantial, cuyas propiedades salutíferas fueron explotadas desde antiguo. Sobre
la peña de cuarcita pizarrosa, en tiempos de los romanos, un liberto de
Vipasca, región minera del sur de Lusitania, cumplió el voto prometido, por
recuperar su salud, dedicando esta inscripción al genio de la fuente llamado
Agineesis.:
FONTIS
AGINEESIS GENIO BROCCI LIBERTUS VIPSIANUS ALEXIS AQUILEGUS VOTUM SOLUIT LIBENS
MERITO.
Con
esta inscripción tenemos constancia fidedigna del primer turista termal
conocido y podemos saber que se llamaba Alexis, un aquílego de profesión, es
decir, buscador de fuentes de agua o fontanero, por lo que conociendo bien su
profesión pudo elegir una buena fuente ya en época romana,
Lo
emocionante de la historia es que la fuente sigue dándonos generosos chorros,
que ahora podéis beber en las zonas rehabilitadas y ajardinadas, ayudando a los
peregrinos de todas las épocas a reponer fuerzas y salud. Estas fuentes se
aprovecharon como balneario ya en tiempos de los romanos, pues su temperatura
alcanza los 20-23 °C y son mineromedicinales. Según estudios recientes,
el catedrático Jose R. Carracido, las calificó como
bicarbonatado-sódico-cálcicas-nitrogenadas, oligometálicas y termales. Nos
queda el recuerdo en un edificio en las últimas casas ¡Seguramente volverán a
explotarse turísticamente, ya que está tan de moda el spa!
¿Por
qué tantas fuentes medicinales? Dice Juan Carlos Gª Caballero en su libro “Boñar, final de un histórico
letargo” que los nombres
de los pueblos arrancan de épocas lejanas. Así que Balneare, o lugar de baños
medicinales es la tesis más compartida sobre el nombre de Boñar, debido a sus
aguas termales, aunque también podía referirse a “bonis –ar” que habla de la
abundancia de montes y aguas, que permitían un magnífico aprovechamiento
ganadero.
Algunos
peregrinos continuaron la etapa saliendo por el moderno puente del Soto, pues
las flechas amarillas, pintadas por algún peregrino con buena intención pero
poco conocedor de la historia así lo indican. Nosotros debemos hacer caso omiso
y seguir carretera adelante para cruzar el legendario río Porma, como tantos
peregrinos lo han hecho a lo largo de la historia y consta en documentos, por
el Puente Viejo, de hermosa fábrica, que hace presuponer un origen muy antiguo,
quizá romano, pues ya tenemos referencias de su existencia en el siglo XIII.
En esta
fecha se documenta junto a él un hospital para atender a peregrinos que se
encaminaban, bien por Pardomino, al Salvador de Oviedo, ya conocéis el dicho
peregrino: "El que
va a Santiago pero no al Salvador, visita al criado y no a su Señor” o tomando ruta a la izquierda como
haremos nosotros, seguían a Santiago de Compostela por el Viejo Camino de
Santiago y siempre contaban con regresar por Oviedo, pues en la Edad Media la
peregrinación era de ida y vuelta. Así queda registrado en el Documento que en
el año 902 relata la peregrinación de la reina Leodegundia y el rey García de
Pamplona.
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Blog de
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