UNA CALLE CON VIDA

Naturalmente hablo de la calle MANUEL GALIANO. Ella fue mi microcosmos en la infancia. Por ella correteé con toda la panda y desde ella iniciábamos las salidas a valles. Era una calle con mucha vida debido a dos cosas: una que estaba toda ella habitada y otra que había muchos comercios y negocios.

Comenzaba en la plaza y terminaba en la carretera. a lo largo de ella había muchos comercios. Comenzando desde la plaza y por la acera de la derecha estaba la tienda de Angel Sastre, el padre de Gelín, la seguía la del Villalón ( cuántas veces ibamos con la perrina o perrona a por orejones y confites ); después la de Gregorio Pascual ( Mariano nos llevaba a enderezar galletas ), seguía la carnicería de Marcelino y después. más abajo, el patio donde se herraban las vacas y en la esquina la peluquería de Barreales, en la esquina estab, llegando a la carretera estaba el almacén de materiales de Andrés y Rosalina.

Pasando a la otra acera estaba el bar de Isidro ( deme una botella de tinto y toro mezclado, le deciamos )

más arriba el almacén de vinos donde Horacio nos dio a probar el primer vino de la infancia.

Segía la pescadería de Toribio y en la esquina el portón para entrar en la carpintería de Ladis. En la huerta de al lado hicimos nuestro aprendizaje  de cabalgar en burro. Por esta huerta saliamos a Valles y a las Canteronas. Seguía el taller de zapatería de Frutos y Eliseo, que también fue en algún momento relojería allí vivía  también Laurentino y mi abuela.

Seguidamente estaba la "fabrica" de materiales de construcción de la familia García-Barba. Ya en la esquina, dando a la plaza la tienda de Pepe Preciosón , verdadero antecesor del Corte Inglés. En frente a la otra orilla la ferretería de D. Herminio.

En esta calle vivía mi abuela . Qué recuerdos me trae aquel corral, al lado del de Juanin. En él se vareaba la lana de los colchones, se mataba el gocho se hacían tertulias....

Esta calle vivía muy en familia; los acontecimientos importantes congregaban a todos y la fiesta por el Carmen era muy sonada en Boñar.
Por la cabeza me pasan películas vividas. Recuerdo cómo la abuelina España, así la llamábamos, que vivía en la casa de mi tio Luis, entre Gregorio y el Villalón, nos obligaba a gritar viva España, so pena de darnos un ruecazo  con la que hilaba.

Esta fotografía es nada menos que de 1923.
Podría contar más detalles de la vida en esta calle, pero sería muy largo. A los que vivieron en ella en mi infancia, les tengo muy vivos en mi retina.

POSTDATA
                     Manuel López Galiano fué cura párroco de Boñar en tiempos de la francesada.