Cuando uno va creciendo en años va reduciendo el número de recuerdos (otros lo llaman olvido) y van quedando aquellos que han tenido una significación especial en la vida. Uno de ellos, al menos para mi, es la NAVIDAD.
¡Cuántos buenos recuerdos me trae: familia, amigos, nieve, misa del gallo, aguinaldos, pastorada, lobos, lumbre, espalar, "remos"......
Tomás ( Tomasín para los amigos) me envía una foto de la pastorada de los años 50 y un corto, pero nostálgico escrito, sobre la navidad de nuestra infancia.
De izda a dcha. Rabadanes: Tomasón, Maximiano, Gelete, Colás, (de San José), Tinín
Viejo, Nisio Caballero y Toño
Panines, Juanjo (abajo izda) y Faico (abajo dcha.)
Pastoras: Angelines, Pily (mi añorada hermana),Tere Badeso (de Virgen), Isabelina
(de angel),Blanquita Cordero y Coral.
Sentadas: Celia y Pura
La Navidad de aquellos días
Era tiempo de Navidad
y puede que fuera el año 1949… La nieve lo cubría todo aunque las calles
estaban limpias por la hacendera de los mozos que habían espalado toda la
mañana. En las aceras, grandes montoneras, donde los pequeños excavábamos
“hornos” para cobijarnos, apretados todos como pajarines en un nido. Nos
tirábamos bolas de nieve bien apretujadas y nos dejábamos caer de espalda sobre
la nieve virgen para dejar nuestra huella que llamábamos “santos”… Eran las
vacaciones, no teníamos escuela y las orejas nos ardían de frio como si fueran
chupiteles de hielo. Pasábamos horas con la nariz pegada a los cristales del
escaparate de “El Faro”, la tienda de
Ordás que estaba frente a la carpintería de Agra, llena de juguetes que eran
nuestro sueño y tentación de cada dia.
En el Sanatorio se
daban las últimas puntadas a los trajes que lucirían los personajes que
escenificaban la Navidad. El portal de Belén, acondicionado en la gran furgoneta
Citroen con las puertas traseras abiertas de par en par e iluminada por todos
lados y los pajes, caballos y Reyes Magos preparados para la gran cabalgata que
recorrería la Corredera y daría la vuelta a la Plaza, escoltada por antorchas
de fuego y estallido de cohetes en la noche. Los Reyes arrimarían sus corceles
a los balcones y al viejo “corredor” de mi casa donde dejarían los juguetes, a
mí una moto de cuerda, un acordeón de cartón y “duros” de chocolate …
En el salón de
Viejo, antiguo garaje de Antonio “el herrero”, mozos y mozas preparaban “La
Pastorada”, que era como unas comedias del Nacimiento, con la Virgen, San José
y el Niño, que no era de verdad porque ¿quién pondría un niño pequeñín desnudo
en una cuna con el frio que pelaba?... Cantaban villancicos y Tere y Colás, o
sea, la Virgen y San José, esperaban bajo el tendejón de paja con el niño, a
que todos pasaran para adorarle, incluso los Reyes con su solemnidad y sus
regalos. Las pastoras muy guapas, con unos trajes preciosos y los rabadanes con
zamarras de piel y zurrones con queso, leche y miel, que se peleaban por el
mejor bocado, ante la risa de todos los que miraban. Cocinaban “migas” sobre un
fuego “de mentiras” y las pastoras les “birlaban” los mejores bocados mientras
volvían a pelearse por meter la cuchara en el caldero… El pobre Faico trataba
de arrimarse pero todos le daban palos mientras exclamaba y repetía: ¡¡Todos
comen y a mí no me dan!!... Y los espectadores reían a mas no poder.
Era la edad de nuestra
inocencia, de las misas de Gallo entre la nieve... D. Remigio remataría las
fiestas con la entrega de juguetes el dia de Reyes, a todos los niños de la
catequesis y colorín colorado, se acabaron las vacaciones, vuelta al trabajo, a
la escuela y todo lo demas… aunque bien vale la pena recordarlo-
Tomas Suarez
En un mundo tan "presentista", en el que se adora al "hoy" y al momento que se vive, habrá que reivindicar el " de recuerdos también se vive", sobre todo en tertulia con los amigos, degustando unos tacos de cecina y unas copas de orujo. Las fotos son el complemento que nos ayudan a no olvidar, por eso son importantes en el "ajuar" familiar.
El recuerdo de la Navidad de la infancia está cargado de nieve, Por eso es difícil para un boñarés de antaño vivir una navidad sin ella.
¿Dónde nos metíamos cuando nevaba así?
Una tarea necesaria era el espalar, para poder salir de casa, las "palas" eran las quitanieves de ahora. (calle de la estación, a la izquierda, huerta de Salán).
Espalar unía a los vecinos. Era la "facendera" (hacendera) de invierno.
La nevada desde las eras. Uno de los juegos de chavales era subirse a estos montonazos de nieve con riesgo de hundirnos en ellos.
Una foto insólita que tiene como protagonista a la vaca que me imagino quería beber en el caño.
El negrillón nos sirve de medidor de la nevada.
Desde nuestra infancia Boñar ha visto caer muchos copos y llenarse su vida de nieve. Eran otros tiempos. ¿Mejores, peores? DISTINTOS
Los que los vivimos tenemos la obligación de recordarlos y transmitirlos.
¡FELIZ NAVIDAD, CON NIEVE O SIN NIEVE!