El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

martes, 24 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD DE ANTAÑO

Cuando uno va creciendo en años va reduciendo el número de recuerdos (otros lo llaman olvido) y van quedando aquellos que han tenido una significación especial en la vida. Uno de ellos, al menos para mi, es la NAVIDAD.
¡Cuántos buenos recuerdos me trae: familia, amigos, nieve, misa del gallo, aguinaldos, pastorada, lobos, lumbre, espalar, "remos"......
Tomás ( Tomasín para los amigos) me envía una foto de la pastorada de los años 50 y un corto, pero nostálgico escrito, sobre la navidad de nuestra infancia.


                          

 

 
 De izda a dcha. Rabadanes: Tomasón, Maximiano, Gelete, Colás, (de San José), Tinín Viejo,  Nisio Caballero y Toño Panines, Juanjo (abajo izda) y Faico (abajo dcha.)

      Pastoras: Angelines, Pily (mi añorada hermana),Tere Badeso (de Virgen), Isabelina (de angel),Blanquita Cordero y Coral.  Sentadas: Celia y Pura


La Navidad de aquellos días

 
Era tiempo de Navidad y puede que fuera el año 1949… La nieve lo cubría todo aunque las calles estaban limpias por la hacendera de los mozos que habían espalado toda la mañana. En las aceras, grandes montoneras, donde los pequeños excavábamos “hornos” para cobijarnos, apretados todos como pajarines en un nido. Nos tirábamos bolas de nieve bien apretujadas y nos dejábamos caer de espalda sobre la nieve virgen para dejar nuestra huella que llamábamos “santos”… Eran las vacaciones, no teníamos escuela y las orejas nos ardían de frio como si fueran chupiteles de hielo. Pasábamos horas con la nariz pegada a los cristales del escaparate de “El Faro”,  la tienda de Ordás que estaba frente a la carpintería de Agra, llena de juguetes que eran nuestro sueño y tentación de cada dia.

 

En el Sanatorio se daban las últimas puntadas a los trajes que lucirían los personajes que escenificaban la Navidad. El portal de Belén, acondicionado en la gran furgoneta Citroen con las puertas traseras abiertas de par en par e iluminada por todos lados y los pajes, caballos y Reyes Magos preparados para la gran cabalgata que recorrería la Corredera y daría la vuelta a la Plaza, escoltada por antorchas de fuego y estallido de cohetes en la noche. Los Reyes arrimarían sus corceles a los balcones y al viejo “corredor” de mi casa donde dejarían los juguetes, a mí una moto de cuerda, un acordeón de cartón y “duros” de chocolate …

 
En el salón de Viejo, antiguo garaje de Antonio “el herrero”, mozos y mozas preparaban “La Pastorada”, que era como unas comedias del Nacimiento, con la Virgen, San José y el Niño, que no era de verdad porque ¿quién pondría un niño pequeñín desnudo en una cuna con el frio que pelaba?... Cantaban villancicos y Tere y Colás, o sea, la Virgen y San José, esperaban bajo el tendejón de paja con el niño, a que todos pasaran para adorarle, incluso los Reyes con su solemnidad y sus regalos. Las pastoras muy guapas, con unos trajes preciosos y los rabadanes con zamarras de piel y zurrones con queso, leche y miel, que se peleaban por el mejor bocado, ante la risa de todos los que miraban. Cocinaban “migas” sobre un fuego “de mentiras” y las pastoras les “birlaban” los mejores bocados mientras volvían a pelearse por meter la cuchara en el caldero… El pobre Faico trataba de arrimarse pero todos le daban palos mientras exclamaba y repetía: ¡¡Todos comen y a mí no me dan!!... Y los espectadores reían a mas no poder.

 
Era la edad de nuestra inocencia, de las misas de Gallo entre la nieve... D. Remigio remataría las fiestas con la entrega de juguetes el dia de Reyes, a todos los niños de la catequesis y colorín colorado, se acabaron las vacaciones, vuelta al trabajo, a la escuela y todo lo demas… aunque bien vale la pena recordarlo-                        

 Tomas Suarez

En un mundo tan "presentista", en el que se adora al "hoy" y al momento que se vive, habrá que reivindicar el " de recuerdos también se vive", sobre todo en tertulia con los amigos, degustando unos tacos de cecina y unas copas de orujo. Las fotos son el complemento que nos ayudan a no olvidar, por eso son importantes en el "ajuar" familiar.
El recuerdo de la Navidad de la infancia está cargado de nieve, Por eso es difícil para un boñarés de antaño vivir una navidad sin ella.


¿Dónde nos metíamos cuando nevaba así?


Una tarea necesaria era el espalar, para poder salir de casa, las "palas" eran las quitanieves de ahora. (calle de la estación, a la izquierda, huerta de Salán).


Espalar unía a los vecinos. Era la "facendera" (hacendera) de invierno.


La nevada desde las eras. Uno de los juegos de chavales era subirse a estos montonazos de nieve con riesgo de hundirnos en ellos.



Una foto insólita que tiene como protagonista a la vaca que me imagino quería beber en el caño.



El negrillón nos sirve de medidor de la nevada.

 
Desde nuestra infancia Boñar ha visto caer muchos copos y llenarse su vida de nieve. Eran otros tiempos. ¿Mejores, peores? DISTINTOS
Los que los vivimos tenemos la obligación de recordarlos y transmitirlos.
 
¡FELIZ NAVIDAD, CON NIEVE O SIN NIEVE!





1 comentario:

  1. Muy completo y, para mí, tiene un interés especialísimo porque, según dice Tomasín, se trata probablemente de la Navidad de 1949 (año de mi nacimiento).
    Felices Fiestas, Manolo. A ver si nos vemos, que tenemos que hablar de planes de futuro. Saludos. Pedro

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