El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

martes, 28 de abril de 2015

DE CAPILOTES Y NARCISOS


INTERESANTE ARTÍCULO  DEL PERIÓDICO DIGITAL ILEON SOBRE UNA FLOR ESPECIALMENTE MONTAÑESA. NORMALMENTE POR AQUI SE ASOCIA CON RIAÑO Y ZONA. SIN EMBARGO EN BOÑAR, AUNQUE NO TAN ABUNDANTES LOS HAY.
LAS FOTOGRAFÍAS ESTÁN TOMADAS EN UN PRADO CERCA DE LA ERMITA DE SAN ROQUE. CREO QUE TE PUEDE INTERESAR ESTE ARTÍCULO.
 
 
Llega el tiempo de un joya botánica exclusiva de León: el narciso leonés

Carlos J. Domínguez | 12/04/2015

Descubierto como subespecie en 1933 por un experto británico, el capilote en la zona de Riaño, la guichandana en Laciana o la lira en Tierra de la Reina comienzan a embellecer la primavera en los valles de la montaña leonesa. Os contamos cómo se convirtió en símbolo de la lucha de Riaño o sus curiosos usos medicinales.

La provincia de León, de manera casi exclusiva, guarda en su montaña un bello secreto, un tesoro verde y amarillo. Una especie de flor casi exclusiva de nuestros prados y pastos que asoma a partir de estas primaverales fechas y que no se conoce lo suficiente a pesar de que decora de una manera extraordinaria los paisajes más bonitos de la Montaña Cantábrica leonesa.

Son muchos sus nombres, dependiendo de la zona: Capilotes en Riaño y la mayor parte de la Montaña Oriental, guichandanas en Laciana, lira en la comarca de Tierra de la Reina, narcisos leoneses, narcisos de trompeta... Su denominación es variada, pero su aspecto uno: una belleza de planta que a la retirada de las nieves asoma por los prados de montaña en buena parte de la geografía provincial montañesa.
 
 
 
Capilotes y lucha por Riaño unidos.
 Hay quien afirma que esta semana las primeras guichandanas, como allí se denominan, ya han asomado por las brañas lacianiegas, como las de Lumajo, Brañarronda o Sosas. Pronto estallarán también en los verdes valles de la Montaña Oriental, como el Valle del Naranco, Hormas o el Puerto de Tarna, por las inmediaciones de Riaño, Sabero o la comarca de Tierra de la Reina, tiñendo de un amarillo espectacular la primavera montañesa.
Un hallazgo botánico muy reciente y sus usos medicinales
 
 
 
No son muchos los que saben que el capilote, el narciso, es una especie casi exclusivamente leonesa. Propia del clima de ciertos espacios de la Cordillera Cantábrica, ya su nombre técnico delata esa práctica exclusividad. Formalmente se denomina Narcissus pseudonarcissus subsp.leonensis y fue 'descubierta' o descrita por primera vez en torno a 1933 por el botánico inglés Herbert William Pugsley, algo que después rescataron los autores españoles Francisco Javier Fernández Casas y J.M. Lainz ya en 1984.
Se trata de una planta perenne con un bulbo globular subterráneo, blanquecino en el interior y con una cubierta negruzca, que produce cada año hojas y flores. Las hojas, de color verde oscuro, alcanzan longitudes de entre 30 y 40 centímetros.
Pero resalta su flor, que es grande y vistosa, no sólo por los hasta 5 centímetros que puede presentar sino por su color amarillo dorado, su acanalada y sus seis tépalos fusionados en la corola.
Es curioso comprobar como el capilote también presenta algunos componentes activos como alcaloides (pseudolicorina, narcisina y pretazettina), resina, pectina y mucílago. Y por eso, históricamente se ha utilizado para aliviar la tos nerviosa, la epilepsia y las fiebres intermitentes. Se ha observado una actividad favorable en el tratamiento de tumores y en la leucemia. Pero ojo, con mucha precaución, que en dosis muy altas provocan el vómito y además son muy laxantes
Ojo, especie protegida
Dado que ya estamos en época del espectacular narciso leonés, no está de más recordar a quien desee recolectarlo que jamás se debe arrancar, sólo vale cortarla, y que el momento óptimo es cuando han pasado un par de días desde su tamaño definitivo, después de que haya sido polinizada, de manera que se garantice que florezca al año siguiente.
Como curiosidad, el narciso leonés está incluido en el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León, en la categoría de especie con aprovechamiento regulado. Esto significa que hay un límite máximo 'legal' para recolectarlo: no se pueden coger más de 20 flores o bulbos.
 
 
 
 
 
 

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