SIGNOS DE INTELIGENCIA

Cuando uno se va haciendo mayor uno de los signos de inteligencia es el que sabe de lo que puede y de lo que debe prescindir en la vida. Va descubriendo no sólo que no puede leer todo lo que se publica, sino que mucho de lo que se publica no merece la pena ser leido.
Va descubriendo que para andar por la vida no necesita pasar horas y horas delante de una caja  que, la mayoria de las veces, le hace perder el tiempo y se lo roba para otras actividades más "humanas".
Uno va descubriendo también aquellas cosas que, bien destiladas, van dejando el poso de la felicidad: la familia, los amigos, el tiempo compartido, el pueblo, siempre el pueblo.
En el otoño amarillo y melancólico de Boñar, me vienen estas reflexiones.El Pueblo es una de las referencias imprescindibles para llenar nuestra vida.

El pueblo no es sólo el paisaje familiar que te sitúa en el tiempo y en el espacio, sino las gentes con su historia, con su vida, con sus trajines.

Aquellos con los que has compartido, ratos, momentos felices, momentos tristes. aquellos que se nos van yendo y los que todavía quedan.
Hoy quisiera resaltar lo mucho que supone el pueblo en la vida de la persona. Al final, junto con la familia, es el último reducto que te queda y que merece la pena. La mayor parte de las cosas que nos encontramos alrededor som impostadas y prefabricadas.
Nos "prefabrican" el pensamiento, las diversiones, el mundo de personajes famosos.... tantas cosas. Lo que no se puede prefabricar es la familia y el pueblo.
Tal vez los amarillos otoñales y la lejanía de él, sean los causantes de estas reflexiones.¡Es tan bonito el pueblo de uno...!

Desde los abundantes garamitos, hasta las humildes quitameriendas, todo te trae un mundo de sensaciones y recuerdos.
Lugares y momentos que han quedado en la memoria histórica y que hoy han desaparecido materialmente, pero nunca afectivamente

Todo esto y mucho más es el pueblo de uno.

Que los atardeceres en Boñar sigan posándose suavemente como este en la forqueta