Noviembre es el mes del recuerdo. La celebración cristiana de los Fieles Difuntos nos trae a las familias a aquellos que nunca la han dejado, que siguen estando con nosotros , aunque ahora habiten en las estrellas. sería injusto olvidarlos.
En el Boñar de antes toda muerte era sentida por el pueblo que acompañaba a la familia y velaba al difunto en su casa toda la noche y le acompañaba al camposanto andando, en invierno y en verano, con nieve y sin nieve, queriendo despedirse guardándole en la tierra. Todo era más humano, más familiar, más cálido.
Seguimos conviviendo con ellos y les tenemos en el corazón, en el recuerdo, en las conversaciones. Con el tiempo van suavizando el dolor de la separación y llenando nuestra vida de recuerdos.
Hace una semana tuvimos el funeral-despedida de mi hermano Luis. Aunque murió lejos, en Brasil. estuvo muy presente en su iglesia y en su pueblo, arropado por sus convecinos y por sus hermanos religiosos.
Como símbolo de su condición de religioso y de sacerdote estaban la casulla y el anillo ss.cc.
Nos acompañaron religiosos de diversas comunidades
La mejor despedida a un cristiano la Eucaristia de gracias a Dios por su vida y el calor de todos los que allí estaban.
Al despedir a mi hermano, inevitablemente me vinieron al pensamiento todos aquellos de mi quinta o de edades cercanas que nos han ido dejando, pero que están para siempre entre nosotros: Alberto, Manolo Testón, René, Mili, Gelo,Paulino,Manolo del Rio, Fermín, Felipe, Toño de la Fuente, Julio, Toño Fernández, Toño de la Puente, José Antonio, Richard......Luis..
Seguro que me me dejo alguno de mencionar, espero que los que leáis esto añadáis los que también están en vuestro recuerdo.
Que descansen todos en la paz y en los brazos del Dios de toda bondad.
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