Este año todas las esperanzas estaban puestas en el Encuentro. El viernes Santo diluvió impidiendo la salida por las calles de los pasos. La noche boñaresa se quedó muda y oscura.
Pero el domingo, a pesar de los malos anuncios, salió soleado, como corresponde al día de la Pascua de Resurrección. Y salió el encuentro
Madre e Hijo salen de la iglesia a hombros de hombres y mujeres
Van despacio unos por una parte de la plaza y otras por la otra, para encontrarse en un punto concreto.
Mientras la banda de cornetas y tambores preceden al Resucitado, anunicando el feliz acontecimiento.
Se encuentran Madre e Hijo, María todavía con el manto negro del dolor, la Madre Dolorosa. Al fondo la imponente iglesia, testigo muda de lo que acontece desde tiempos inmemoriales.
La Pascua nos trae la noticia de la resurrección de Jesús y su madre se llena de gozo. Así lo expresa el pueblo: la despoja del manto negro y queda cubierta con el azul de la alegría.
El coro parroquial relata este encuentro en unas coplas populares cantadas, llenas de teología y poesía.
Con el Encuentro se culmina la Semana Santa, de tanta raigambre en Boñar.
¡Feliz Pascua! Me alegro de ver que se mantiene la procesión del encuentro. Nunca pude asistir, pero, a juzgar por los comentarios que he escuchado, resulta siempre muy emocionante.
ResponderEliminarPena que el viernes santo no pudiesen salir los pasos. Seguro que los cofrades quedaron también apenados.
Saludos cordiales, Manuel, y ¡adelante con tu interesante blog, que leo siempre con gusto!