HISTORIA EN ANUNCIOS - CINE MORILLA ( y II )

Del ya fenecido cine Morilla no nos  queda nada, sólo el edificio que muere lentamente. Únicamente  la taquilla del salón de baile. Recuerdo que por la taquilla del cine asomaba la cara de Carmina de Lera para darnos la entrada, cuando no tratábamos de colarnos aprovechando que Manolo Sánchez o Luis Torino estaban ocupados con otros, ya adentro corríamos al gallinero, que más parecía un andamiaje que unas gradas. Antes de la película correteábamos por allá, jugando al escondite o tirando cosas al patio de butacas donde la celosa acomodadora Chon, cariñosamente la Pisahuevos, trataba con su linterna de acomodar a los bien de Boñar.

 

Arriba estaban los "cámaras" Luis , el de la sindical o Abilio , el de la Mata (¿hubo otro llamado Enrique Méndez?).

 

 

La historia del cine Morilla comienza, si hago caso al Anuario del Cine Español de 1955, en un septiembre de 1930, cuando el empresario de León, Teógenes Alonso Morilla, decide abrir un cinematógrafo en Boñar con un aforo de 300 personas. La vida del cine, después de entretener las tardes y noches de muchos boñareses y gente de los pueblos, acabó en 1970, carcomido por dentro y sin un destino a la vista, todavía.

 

Tenía tres sesiones, dos los domingos y una los lunes, por aquello de la feria que concentraba a mucha gente. entre mis vagos recuerdos está un Sr. Morilla con su bigote, pulcro, bien peinado, yo diría que atildado. Es la imagen que recuerdo.

 

 

Por el cine se entraba al salón de baile, al ambigú,  del Bar Reyero, después bar el Manquín, que lo abrió en 1956 y lo cerró en 1983. Unos de los personajes memorables de Boñar este Miguel Iglesias Zarita, acérrimo seguidor de su Atletic de Bilbao.

 

 

  
Los de La Vecilla también se anunciaban y hasta comercios de León.

Muchas historias y anécdotas guardan las paredes del cine y más de un amor cuajó entre película y película.

 

 

Estos son los anuncios  que amablemente me envió Juan Carlos Martínez, al que le agradezco de corazón este envío.

Para terminar el reportaje diré que en Boñar también hubo sesiones de cine mudo. Yo recuerdo siendo pequeño, por los años cuarenta y

 

tantos en la plaza , donde está el monumento al ganadero. otros me dicen que también en la casa de Rosa barrio y más adelante en el Ayuntamiento, en la escuela.

 

Una postdata y un deseo

 

Yo marché pronto de Boñar y me perdí muchas cosas que vivió el Morilla, por eso los que leéis esto y tenéis recuerdos o anécdotas , escribid; seguro que a muchos les interesará.

El deseo es que pronto este edificio sirva para algo y no se caiga a trozos. Hablan de una residencia de ancianos. ¡Ojalá!