El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

jueves, 7 de enero de 2016

ECO DE LA MUERTE DEL NEGRILLÓN EN LA PRENSA


EL NORTE DE CASTILLA VALLADOLID

Cae el Negrillón de Boñar 5 enero 201611:04
El árbol, símbolo de la localidad, llevaba años muerto
 Restos del simbólico árbol. Cae el Negrillón de Boñar El árbol, símbolo de la localidad, llevaba años muerto

Era el símbolo de la localidad leonesa de Boñar. El Negrillón de Boñar, un ejemplar de olmo ibérico (que en la zona de León se conoce como negrillón) plantado en el siglo XVI, ha caído a las 8:30 de la mañana. Pese a que llevaba tiempo muerto, afectado por la grafiosis, y a que se había inyectado en su estructura para intentar mantenerlo en pie, al final la naturaleza ha vencido y el ejemplar se ha venido abajo. Inmediatamente, empleados municipales lo han troceado para poder recogerlo.

Situado frente a la iglesia, y en la plaza que recibe su nombre (Plaza del Negrillón), la historia parece corroborar que fue plantado en la segunda mitad del siglo XVI y que fue cuidado con mucho esmero y podado con cuidado para darle el porte que poseía hasta que, en la década de 1980, la grafiosis entró en España por los Pirineos y termnó por acabar con su vida. Desde entonces, como símbolo de la localidad que era, permanecía muerto pero enhiesto. Hasta este martes.
 
 

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Boñar, ‘la viuda’ del Negrillón
Sociedad La localidad, conocida popularmente como ‘La villa del Negrillón’, vio ayer como era talado el viejo y petrificado árbol, sin vida desde la grafiosis de los años 80
Muchos vecinos de Boñar corrieron ayer hasta la plaza. El Negrillón, muerto desde los años 80, reticente a todos los tratamientos, se rendía definitivamente y posaba las cenizas de su cadáver en la plaza que durante casi cinco siglos presidió. Eran las ocho y media de la mañana, el enornme ruido que hizo al caer alertó a los vecinos más cercanos. La voz se corrió por la villa: «Ha caído el Negrillón» y comenzó la procesión, unos para verlo, muchos porque querían llevarse a casa un recuerdo, aunque fuera un trozo de su madera de negrilla podrida, herida por aquella grafiosis de los años 80 que nadie supo derrotar a tiempo con inyecciones de espuma.
Se acabó.
(Nota: El último servicio del árbol a su pueblo:caer a una hora en la que no había nadie a su alrededor).
«Dos cosas tiene Boñar / que no las tiene León. / El Maragato en la torre / y en la plaza El Negrillón». Ya no se podrá volver a cantar. El maragato, que dicen que está hecho de madera de peral, miraba asustado desde su torre. Ha quedado solo.
A las ocho y media de la mañana avisó con gran estruendo, ahí acababa su larga historia de casi 500 añosCada vecino que cogía un trozo del viejo, del histórico negrillón, —como tanta gente hiciera con trozos del Muro de Berlín—dejaba una frase para el recuerdo, una desazón para la historia. «Se acabó la plaza, aunque estuviera petrificado, muerto, vivía ahí y presidía la plaza. Sin él, se acabó la plaza».

- Queda la escultura, la iglesia…

- Ahora ya es una plaza más. Y nunca lo había sido, era la de Boñar.
Al más veterano de los presentes le dolía más, lo tenía claro, quería llevarse un trozo de recuerdos. «Si hay que pagar 20 euros, los pago, pero dame un trozo».
Los más ‘de Boñar de toda la vida’ hacían el recuento de pérdidas: «Desapareció el búnker de la guerra, al lado del puente nuevo, que era historia; taparon la presa que atravesaba el pueblo y le daba una personalidad diferente; a la plaza ya le habían robado el empedrado, ¿ves el lío que
 
daba una personalidad diferente; a la plaza ya le habían robado el empedrado, ¿ves el lío que hay en León con el de la Plaza del Grano? pues aquí no se les ocurrió ni dejar una esquina como recuerdo; y ahora se nos va lo que quedaba del viejo negrillo…».
Por no recordar la larga polémica de la muerte del famoso alfolí, con la broma final de que la administración condenara al Ayuntamiento por tirarla años después de haberlo perpetrado…».
Hasta murió Isidro, el famoso curandero de Boñar, sin duda el más reconocido de la provincia.
"¿Qué vamos a ser?"Pero daba ayer la impresión de que a la gente no le había dolido tanto la pérdida de un elemento típico de Boñar como ayer ‘el entierro’ definitivo de su árbol. «Siempre fuimos ‘La Villa del Negrillón’, ¿qué vamos a ser la villa del maragato?».

- No, la viuda del Negrillón.

Es cierto que Boñar era la villa del negrillón, la villa de la plaza empedrada, la de la presa que atraviesa el pueblo, la de las aguas termales, la de Isidro el curandero… como recordaba Manuel, el hijo de Cuco, en su artículo ‘Boñar, lo que se perdió y no volverá’. Y hasta un antiguo concejal, L. Alberto, le recuerda que dejó su cargo tratando de evitar estas pérdidas de indentidad. «En mi etapa de concejal 1987-91 peleé sin éxito por la regulación urbanística de la presa desde el camino del Soto hasta la gasolinera, la restauración del alfolí en La Corredera, y la conservación del empedrado de la plaza y de las calles adyacentes; es decir, recuperar un Boñar medieval, coqueto y con mucho encanto (en Austria, Suiza, Francia...sí, ¿por qué nosotros no?). La sinrazón imperó: la presa caput, el alfolí escombros, y nuestra singular plaza del Negrillón, abocada a los recuerdos».
Ayer se cumplió la última predicción. Ha muerto parte de Boñar y de su historia, pues en esta villa todo se llamaba ‘El Negrillón’: la fábrica de embutidos, la casa rural, el blog del maestro Caballero y hasta un restaurante de Valladolid se llama El Negrillón de Boñar.
Unos recuerdan besos furtivos a su sombra, otros recitaron versos, hubo presentaciones de libros, horas pelando la pava, y decenas y decenas de ferias del Pilar  Ya su sombra se acumulaban ayer los recuerdos de los que miraban. Unos recuerdan besos furtivos a su sombra, otros recitaron versos, hubo presentaciones de libros, horas pelando la pava, y decenas y decenas de ferias del Pilar, bodas, entierros, recuerdos... están grabados en su centenaria corteza. Ayer se fundieron a negro.
No es de extrañar pues no le falta historia al árbol, como nos recuerda Juan Carlos García Caballero en su libro ‘Boñar. Fin de un histórico letargo’: «En 1.574, siendo párroco de Boñar, D. Suero Alfonso y obispo de León D. Juan de San Martín, visita esta villa en su nombre el señor bachiller D. Juan Gutiérrez. Entre sus mandatos resalta uno de sus apartados que titula ‘Olmeda’ y dice: ‘Item mando el señor visitador al rector y mayordomo que haga ecerrar la olmeda desta Iglia de pared o vargaños enderredor para que los olmos crezcan y los virgultos pupulen y que para la costa desto se corte y venda el olmo grande’.
De este párrafo arranca fiablemente la tesis sobre el origen del famoso Negrillón. Descartado el negrillo más viejo que fue cortado, nos queda pensar que, con el tiempo, ese huerto cercado 
 acogió una negrillera de escasos ejemplares. Las podas y el celo de su ciudador haría progresar alto, robusto y esbelto al olmo irradiante de vida que, en un futuro no muy lejano, lograría la distinción de símbolo e hijo predilecto de la villa que lo vio nacer».
Quiere ello decir que el histórico negrillón murió cuando ya caminaba hacia los 500 años de vida.
El maragato miraba ayer asustado desde la torre, queda él presidiendo la plaza, con nombre ajeno, pero hijo de Boñar pues aunque la idea de hacerlo fue del ingeniero maragato Bernardo Crosa, que trabajaba en las minas de talco, fue el carpintero local Desiderio Cañón quien se lo arrancó al tronco de un peral, como bien reza la copla: «Maragato, maragato / que estás hecho de peral / de las hijas de Desiderio / eres hermano carnal».
Otro viudo, como Boñar.





ileón.com


 

Boñar se queda sin su querido negrillón
ADIÓS A UN EMBLEMA DE LA MONTAÑA LEONESA: UN ÁRBOL CENTENARIO

M.A. Gutiérrez / M.Cuervo | 05/01/2016 - 10:26h.

Los habitantes de Boñar se han levantado esta mañana con la triste noticia del adiós del emblemático árbol centenario en pleno centro de la localidad, en la plaza que hay frente a la iglesia parroquial. En los últimos años, debido a una enfermedad del que no se le pudo salvar, sólo se podía observar su tronco petrificado.
Casi como se despide a un vecino que abandona este mundo, los habitantes de Boñar se han levantado esta mañana con la triste noticia del adiós de su querido negrillón. Poco más tarde de las 8.30 horas de esta fría mañana de martes, uno de los símbolos de la provincia de León se ha venido abajo contra los muros de la iglesia de San Pedro, su compañera durante los casi doscientos años transcurridos desde la finalización del templo en 1819. Y dentro de la fatalidad el destino ha querido que la desgracia no fuera mayor, ya que si el desplome hubiera ocurrido este lunes, la caída habría coincidido con el día de mercado del pueblo.
Algunos vecinos aseguran que llevaba muerto años, pero la pérdida de este árbol centenario que se encuentra en pleno centro de Boñar, en la plaza que hay frente a la iglesia parroquial, entristece a todos los leoneses que han pasado bajo sus ramas, que han sido testigos del paso del tiempo alrededor de su tronco, y que han disfrutado de su imagen sentados en un banco de la localidad leonesa. Muchos de ellos han querido llevarse para el recuerdo un trozo de su corteza. En los últimos años, debido a una enfermedad del que no se le pudo salvar, sólo se podía observar su tronco petrificado, pero siempre manteniéndose como un emblema de Boñar, un árbol al que incluso se le han dedicado canciones populares.
Orígenes
En 1.574, siendo párroco de Boñar, Suero Alfonso y obispo de León Juan de San Martín, visita esta villa en su nombre el señor bachiller Juan Gutiérrez. Entre sus mandatos resalta uno de sus apartados que titula "Olmeda" y dice:
"Item mando el señor visitador al rector y mayordomo que haga ecerrar la olmeda desta Iglia de pared o vargaños enderredor para que los olmos crezcan y los virgultos pupulen y que para la costa desto se corte y venda el olmo grande".
 
 
 
 
Este mandato es probablemente el que permitirá mediante la tala de los olmos más grandes y la cuidadosa poda de los restantes ejemplares el crecimiento del hermoso ejemplar que ha sido símbolo de la villa durante los últimos 450 años.
Sin embargo, los tratamientos técnicos no surtieron el efecto esperado y el 31 de julio de 1993 se procedió a la poda de todo su ramaje hasta quedar tal y como lo podíamos contemplar hasta hoy.
La solución al vacío del negrillón podría pasar por una réplica que adorna un parque de la capital leonesa
 
Por su parte, el alcalde de Boñar, Roberto Álvarez, ha lamentado profundamente la pérdida de este "emblema" para la Villa. "Boñar ha perdido su icono, un lugar conocido y visitado por todos", ha declarado a este periódico. En cuando a las posibles soluciones, el alcalde de Boñar ha advertido de que todavía es muy pronto para buscar un 'sustituto' al vacío que el negrillón ha dejado en la plaza de la parroquia. "Es una decisión que tiene que venir consensuada por todos los grupos políticos del gobierno de Boñar. Haremos un concurso de ideas para valorar la mejor solución", ha declarado.
 
.Foto: Eva Alonso
Pero ya se están barajando varias opciones, y una de ellas pasaría por colocar la réplica realizada por el escultor -natural de Boñar- Manuel Díez Rollán, que en la actualidad adorna uno de los parques de la capital leonesa, próximo al centro comercial El Corte Inglés
 
 
 



 
 DIARIO DE LEON. es

Boñar pierde al negrillón

Funcionarios del Ayuntamiento de Boñar han llevado a cabo esta mañana las labores de talado y extracción del tronco del Negrillón de Boñar; el olmo centenario emblema de la villa ubicado en la plaza a la que da nombre, frente a la iglesia, y conocido en toda la provincia.

La retirada se ha llevado después de que el tronco se desplomase en las últimas horas, quizá debido a las lluvias caídas en los últimos días, que han podido aumentar su peso con el agua y hacer que los restos del malogrado árbol no resistiesen más.

En su desplome, ha provocado algunos daños materiales, al llevarse parte de la cornisa de la iglesia. Los vecinos de la villa no han tardado en congregarse en torno al afamado Negrillón para intentar hacerse con un trozo del mismo antes de su completa desaparición; labor para la que se han valido de diversas herramientas.

Este olmo centenario que data del siglo XVI enfermó y murió de grafiosis en la década de los años 80 pero hasta ahora se conservaba su tronco petrificado. La medida ha sido recibida con opiniones dispares por los vecinos de la localidad, algunos de los cuales se quejan de que con esta acción vaya a desaparecer el que consideran el mayor símbolo de Boñar.
El árbol, que desde esta mañana ya no preside la plaza, aparece incluso en la llamada 'Jota de Boñar', en la que se recuerda que la villa tiene “dos cosas que no tiene León, el maragato en la torre y en la plaza el Negrillón”.

 
 
 
 

miércoles, 6 de enero de 2016

EL NEGRILLON: PARA PERPETUA MEMORIA

 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
El NEGRILLÓN quedará presente y visible en el escudo de Boñar. A los que nazcan a partir de ahora habrá que explicarles qué es ese árbol y por qué está ahí. Así sucede con la mayoría de los escudos.
 
 
 
La historia de este olmo o negrillo, indisolublemente unido en vida a la iglesia, comienza, tal vez, en el s.XVI. Al menos se dice en un documento de 1574 que al lado de la iglesia y cercado había  cantidad de olmos.- una olmeda-, que se cuidaba y se dejaba a los mejores.Nuestro NEGRILLÓN bien pudo ser uno de aquellos "vírgulos" que sobresalían.
 
 
Lo que sí es cierto es que en el imaginario del pueblo consta  como algo inmemorial. Así se ha ido transmitiendo de generación en generación. Y cada una de ellas puede contar qué significó en sus vidas este negrillo.
 
 
En torno a él había vida. Era testigo de las actividades de la gente del pueblo, cuando la plaza era auténtico ágora. Cada boñarés procesa hoy en su mente todo lo que vivió  alrededor de él.
 
 
El primer recuerdo que viene a mi mente es el de las ferias de los lunes , cuando la plaza se llenaba de una algarabía de gente venida de todos los pueblos aledaños para vender sus productos. Recuerdo cómo cobijaba bajo sus ramas a los vendedores de madreñas y de quesos.
 
 
 
 
 
De los mejores recuerdos son aquellos días largos de verano, cuando venían los veraneantes y la plaza se llenaba de bullicio. Jugábamos a mil cosas hasta entrada la noche. El NEGRILLÓN era el confidente ideal, callado, en la semioscuridad escuchaba nuestras confidencias, nuestras discusiones y miraba impertérrito nuestras peleas.
 
 
El NEGRILLÓN no sólo cobijaba a multitud de pardales y a más de una pegarata que hacían sus nidos en las ramas, sino que, con mucha frecuencia, sentía el ruido de las confidencias y arrumacos de más de una pareja. ¡Cuántas promesas se hicieron bajo su frondosa copa!.
También aguantaba nuestros gritos cuando jugábamos al "marro" o a policías y ladrones .
 
 

 
También, en memorable ocasión sirvió de altar.
 
 
De sus ramas colgó en pública exhibición  el oso cazado creo por los montes de Oville. No se si eso le gustó mucho porque era rebajar, en cierta manera, su dignidad de árbol
 
 
 
Las nieves, duras y largas de nuestros inviernos,  no pudieron con él y no acusó ni un mal catarro.
 
 
La grafiosis, la enfermedad de los olmos, importada de un país europeo, pudo más que el bálsamo de la nieve y la cantidad de líquidos que le inyectaron. Y ,como a un condenado, le fueron despojando de sus vestiduras
 
 
 
Y así lo peinaron y lo asearon. Desde entonces le miramos los boñareses con un poco de pena. "Fuiste, ya no eres más. Un día tus ramas con fragor cayeron..."
 
 
 
Se mirara desde donde se mirara, no era más que un esqueleto. Los visitantes que llegaban a Boñar y que rendían su primera visita al famoso NEGRILLÓN se quedaban enmudecidos ante su estampa.
 
 
Aunque se le quiso tapar su desnudez, ya no tenía remedio. No encajaba en una plaza a la que habían también robado su empedrado.
 
 
Las fotos que a continuación pongo son por fidelidad a la historia. A ningún boñarés le agradan, pero son documentos para saber cómo acabó abatido, por una y mil causas, este coloso que resistió siglos.
 
 
 
 
Hay imágenes que se clavarán en nuestras retinas llenas de impotencia. Ver al florido y esbelto NEGRILLÓN morir así rompe el alma. Pero así es el ciclo de la vida, mal que nos pese.
Fue un 5 de enero de recién estrenado año 2016. Quede para la historia
 
 
 
 
 
 
 
Queda su fiel compañeros en los trabajos y los días de Boñar: el MARAGATO que esperemos nos dure mucho tiempo. En cierta manera sustituye icónicamente a su vecino, ya enterrado, el NEGRILLÓN.
 
( Las fotografías están tomadas de algunos particulares, otras son mías y al guna que otra de los periódicos del día. Gracias por poder exhibirlas)