El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

miércoles, 6 de enero de 2016

EL NEGRILLON: PARA PERPETUA MEMORIA

 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
El NEGRILLÓN quedará presente y visible en el escudo de Boñar. A los que nazcan a partir de ahora habrá que explicarles qué es ese árbol y por qué está ahí. Así sucede con la mayoría de los escudos.
 
 
 
La historia de este olmo o negrillo, indisolublemente unido en vida a la iglesia, comienza, tal vez, en el s.XVI. Al menos se dice en un documento de 1574 que al lado de la iglesia y cercado había  cantidad de olmos.- una olmeda-, que se cuidaba y se dejaba a los mejores.Nuestro NEGRILLÓN bien pudo ser uno de aquellos "vírgulos" que sobresalían.
 
 
Lo que sí es cierto es que en el imaginario del pueblo consta  como algo inmemorial. Así se ha ido transmitiendo de generación en generación. Y cada una de ellas puede contar qué significó en sus vidas este negrillo.
 
 
En torno a él había vida. Era testigo de las actividades de la gente del pueblo, cuando la plaza era auténtico ágora. Cada boñarés procesa hoy en su mente todo lo que vivió  alrededor de él.
 
 
El primer recuerdo que viene a mi mente es el de las ferias de los lunes , cuando la plaza se llenaba de una algarabía de gente venida de todos los pueblos aledaños para vender sus productos. Recuerdo cómo cobijaba bajo sus ramas a los vendedores de madreñas y de quesos.
 
 
 
 
 
De los mejores recuerdos son aquellos días largos de verano, cuando venían los veraneantes y la plaza se llenaba de bullicio. Jugábamos a mil cosas hasta entrada la noche. El NEGRILLÓN era el confidente ideal, callado, en la semioscuridad escuchaba nuestras confidencias, nuestras discusiones y miraba impertérrito nuestras peleas.
 
 
El NEGRILLÓN no sólo cobijaba a multitud de pardales y a más de una pegarata que hacían sus nidos en las ramas, sino que, con mucha frecuencia, sentía el ruido de las confidencias y arrumacos de más de una pareja. ¡Cuántas promesas se hicieron bajo su frondosa copa!.
También aguantaba nuestros gritos cuando jugábamos al "marro" o a policías y ladrones .
 
 

 
También, en memorable ocasión sirvió de altar.
 
 
De sus ramas colgó en pública exhibición  el oso cazado creo por los montes de Oville. No se si eso le gustó mucho porque era rebajar, en cierta manera, su dignidad de árbol
 
 
 
Las nieves, duras y largas de nuestros inviernos,  no pudieron con él y no acusó ni un mal catarro.
 
 
La grafiosis, la enfermedad de los olmos, importada de un país europeo, pudo más que el bálsamo de la nieve y la cantidad de líquidos que le inyectaron. Y ,como a un condenado, le fueron despojando de sus vestiduras
 
 
 
Y así lo peinaron y lo asearon. Desde entonces le miramos los boñareses con un poco de pena. "Fuiste, ya no eres más. Un día tus ramas con fragor cayeron..."
 
 
 
Se mirara desde donde se mirara, no era más que un esqueleto. Los visitantes que llegaban a Boñar y que rendían su primera visita al famoso NEGRILLÓN se quedaban enmudecidos ante su estampa.
 
 
Aunque se le quiso tapar su desnudez, ya no tenía remedio. No encajaba en una plaza a la que habían también robado su empedrado.
 
 
Las fotos que a continuación pongo son por fidelidad a la historia. A ningún boñarés le agradan, pero son documentos para saber cómo acabó abatido, por una y mil causas, este coloso que resistió siglos.
 
 
 
 
Hay imágenes que se clavarán en nuestras retinas llenas de impotencia. Ver al florido y esbelto NEGRILLÓN morir así rompe el alma. Pero así es el ciclo de la vida, mal que nos pese.
Fue un 5 de enero de recién estrenado año 2016. Quede para la historia
 
 
 
 
 
 
 
Queda su fiel compañeros en los trabajos y los días de Boñar: el MARAGATO que esperemos nos dure mucho tiempo. En cierta manera sustituye icónicamente a su vecino, ya enterrado, el NEGRILLÓN.
 
( Las fotografías están tomadas de algunos particulares, otras son mías y al guna que otra de los periódicos del día. Gracias por poder exhibirlas)

2 comentarios:

  1. Si hasta Antonio Machado le cantó a un olmo seco... No va a estar todo un pueblo convulso por la desaparición de se emblema de siglos?

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  2. De acuerdo M. Luisa. Es de las pocas cosas en las que está de acuerdo todo un pueblo. Ahora hay que pensar qué se puede hacer para conservar su memoria dignamente. El lugar que ha quedado vacio merece algo bello y atractivo. Graciaspor tu comentario

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