Al terminar mis vacaciones siento pena porque Boñar me llena de muchas cosas: de amigos, de paisajes, de excursiones, de relax... creo que nunca he conocido el aburrimiento en él.. Hay muchas cosas que ver, muchos paseos que dar, agua por todos los rincones y, sobre todo, las gentes y los amigos que cada cierto tiempo ves y con los que recuerdas el pasado.
El Soto sigue siendo el lugar de las concentraciones de la gente, sobre todo en las fiestas, con un ambiente estupendo
Lo que me sigue atrayendo es el agua. Ya sabemos que Boñar es el pueblo donde más corre el agua, pero verla, tocarla, sentir en los calores su frescura... es otra cosa. Hay gente de fuera que se admira y nos dice: pero si en este pueblo hay agua por todas partes. Y así es.
Desde la humilde presa del castaño
hasta el flamante Porma, que aunque bajo de caudal, siempre es majestuoso
con muchos rincones para recrear la vista y refrescar los piés
hasta no nos privamos este verano del agua caida del cielo
pero, en general, el sol se hizo presente y Boñar con sol, es más Boñar, porque resaltan mucho más sus encantos. Desde Palazuelo se veía así de verde
Cada día, la noche cerraba los ojos a ese sol que nos brindaba luz, calor y ganas de vivir.
Los que todavía seguís por allá, aprovechad todos los encantos que os ofrece Boñar.
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