A veces desde aquí he comentado la pasividad cultural o la activción de iniciativas para sacar a Boñar de la modorra. Hoy tengo que poner de relieve dos cosas que estaban ahí y no acababan de hacerse. Tal vez sea el inicio de otras muchas.
Una de ellas era la placa que había en la calda:
Era una placa que hacía alusión a la composición del agua de la calda, pero que estaba rota y afeaba esa bonita fuente, hoy está ya reparada y con un nuevo diseño.
El otro paso ha sido el dar el nombre de una calle al artista boñarés Manuel Díez Rollán. Ya figura su placa en la calle. Esperemos que este sea el primer pasao para un homenaje y una exposición de su obra.
Que quede constancia aqui con agradecimiento.
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