El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

lunes, 29 de diciembre de 2014

GENTES DE BOÑAR: TRABAJOS YOFICIOS ( IV )

 
En la década delos 40 y 50, que es donde quedaron fijados mis recuerdos, Boñar era un pueblo laborioso, dedicado fundamentalmente a la agricultura y ganadería. Todas la labores , a veces duras y monótonas, culminaban en la trilla que , además de un trabajo, era una fiesta
 
 
 Cuanto correteamos por la eras de chavales, tirándonos en los montones de paja, jugando al escondite o sosteniendo la pala
en las vueltas cadenciosas de los bueyes.
 
 
Dela era el grano terminaba en los 3 ó  4 molinos que había entonces en Boñar
 
 
Hoy todos están en desuso y abandonados, pero su bella estampa permanece. Alguno guarda en su interior todos los instrumentos de la molienda y son como un pequeño museo.
 
 
 
La chimenea se talcos se veía desde todo Boñar, junto con la torre de la iglesia, eran las dos máximas alturas.
 
 
Su chimenea era casi el único signo de industrialización en el pueblo. Hasta que se cerró dio trabajo a muchas familias, a los que veíamos salir blancos por el polvo.
 
 
 
A mediodía se veía pasar a las mujeres con el cestillo de la comida.
 
Uno de los trabajos más festivos era la matanza del cerdo. Además de reunir a familiares y amigos, estaba sujeta a un ritual invariable, en los que había expertos para cada cosa: matar y recoger la sangre; quemar las cerdas con las varillas de paja; raspar y limpiar con tejas; abrir en canal para sacar las tripas y ya vaciado se le cuelga varios días con el "garabito".
 
 
 
 
A los pocos días se le descuelga y se le despieza. Con la carne destinada a ello se hacen los chorizos, que es una de estas tertulias en las que se hablaba de todo mientras se metía la carne adobada en la tripa.
Y se les iba colocando en la "hornera", la cocina de curar.
 
 
Con la matanza los frías inviernos se salvaban.
Entre los recuerdos que me quedan  era la de llevar al cura y al médico las partes mejores del gocho.
 
Un trabajo , casi diario, era subir a la "calda" a lavar. allí , en ese lavadero, sencillo, pero concurrido, se tenía también la "tertulia" ( que no es un invento de las televisiones). allí se hablaba de todo y era como el noticiero del pueblo.
Siento no tener una fotografía de la época, pero queda esta magnífica acuarela , en la que vemos con realismo cómo fue.
 
 
( continuará )
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario