El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

DICIEMBRE, MES DE LA NOSTALGIA

No se por qué diciembre es mi mes.Tal vez porque cumplo años en él; tal vez por los recuerdos de la infancia asociados a la nieve;tal vez por ese caracter hogareño que siempre tuvo....por lo que sea, o por todo ello,es mi mes.


La mayor parte de los recuerdos que pasan por mi cabeza se concentran en el invierno y, concretamente , en diciembre y la navidad .Boñar también es primavera y verano y otoño, pero la nieve ejerce como un imán que atrae a los recuerdos y evocaciones.


Pasan las imágenes como en sesión continua:aquella en que detrás de los cristales de la ventana veíamos caer aquellos falampos gordos y despaciosos que en pocos minutos cbrían las calles y tejados; o la huerta de Salan, enfrente de mi casa, tapada como con una sábana blanca; pasan por mi retina los "remos" de la costona y de la plaza, bruñidos y brillantes, sobre los que nos deslizabamos  embutidos en la madreñas atarucadas;


o las expediciones de la panda, armados con las polainas ( residuos de la guerra ) para seguir el rastro de los lobos por valles o a la caza de jilgueros con la clásica trampa.

En medio de aquellas grandes nevadas Boñar vivía de puertas adentro, buscando el calor de la lumbre o de las estufas. El tiempo se hacía denso, despacioso y somnoliento. La nieve ralentizaba la vida y la hacía más hogareña, permitiendo aquellas conversaciones, casi en voz baja, sobre historias de lobos.


Tiempo para la matanza del gocho, que convocaba a toda la familia y vecinos. ¡ Cómo se vivía este acontecimiento!. Todavía recuerdo  en la penumbra de una luz amarillenta, el hacer chorizos y morcillas, junto a la abuelina , embebida en su rueca. Lo recuerdo como una estampa del XIX.


Entre los recuerdos más intensos, sin duda, están la cena de Nochebuena y la Misa del Gallo. En la cena, poco sofisticada, pero abundante, nos reuniamos toda la familia en torno al patriarca, mi tio Luis. Después, sin rechistar, a la misa del Gallo, entre el ulular del viento y las torvas de nieve que nos azotaban y curtían. Y en la iglesia todo el pueblo viviendo un acontecimiento que escenificaba en la pastorada.
Recuerdo, cuando llegaba Reyes, la caravana que organizabamos la panda por casas y comercios para sacar unos reales.
Boñar, acunado por la nieve, forma parte para siempre del cuadro que tengo colgado en la pared de la retina. Aquel Boñar.El de las grandes nevadas, el de la vida sin prisas, el de la música del viento y el aullar de los lobos.....el de otro tiempo. Del que se fue, pero que queda atrapado por la memoria.


1 comentario:

  1. Que casualidad, hoy mismo recordaba yo como mi hermana esas nevadas, aunque algo mas cercanas, pero con las mismas sensaciones que tu has descrito y entro en tu blog por primera vez y veo que nos persiguen a todos los mismos recuerdos, un abrazo de esta paisana tuya, Nela

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