Cuando visito una iglesia me gusta contemplar detalles de los retablos, desmenuzarlos un poco. Me gusta "leer" la vida de la Virgen, si está dedicada a ella, o de los santos. Los retablos en este sentido son un libro abierto, un buen libro de catequesis.
En ellos hay multitud de figuras que , a veces, nos pasan desapercibidas por la magnitud del retablo en el que se encuentran.
Una pintura de san Pedro de buena factura. Y la imagen que preside nuestro altar mayor, como corresponde al patrono del pueblo
cierro este paseo visual por el interior de nuestra iglesia. Espero que nos ayude este recorrido a valorarla más y a cuidarla
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