Otra de las fuentes, como se dice hoy, emblemáticas de Boñar es la del Caño, en la plaza, antes empedrada y con sabor a "pueblo". Sus dos caños llevan algo más de 100 años llenando botijos y mojando a mozas y mozos que se acercaban a beber. Alguno también cayó al pilón al querer cojer los renacuajos o zapateros que correteaban por as aguas verdosas en las que a la caida de la tarde iban a beber las vacas. Cuando llegaba el toro de Pipi echabamos a correr por si las moscas.
En la foto antigua podemos observar varias cosas: una el grupo de chicas con sus trajes de época y otra, al fondo, la casa-bar de la Ratona, casa típica montañesa y que la piqueta también se la llevó. Hoy daría un tono pintoresco a este Boñar modernizado.
Esta fuente del Caño era , en cierta manera, centro de Boñar, ya que la mayoría iba a cojer agua a ella. Más de un botijo cayó hecho añicos por arte de algún tirabique bien dirigido.
Presenció durante muchos años las ferias de ganado que se hacían en el empedrado y las de otros variados géneros que se exponían en la plaza de la iglesia. Hoy sigue presidiendo una plaza en la que él mismo se sentirá extraño y fuera de lugar.
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