El Maragato es el vigía secular de la vida de Boñar. Su compañero el Negrillón le dejó hace tiempo, Encaramado en lo alto de la torre, está abierto a los cuatro puntos cardinales, asi que no se le escapa nada de lo que pasa en Boñar. Este blog quiere ser memoria de lo que fue y es. En él están recogidas tradiciones, personas, historia.... Bucea en él para conocer mejor a Boñar.

martes, 13 de diciembre de 2011

LA CASA DEL BILBA Y VALLES ( II )

La casa del Bilba miraba a Valles. Su bella columnata le daba un aire de pequeño palacete. De pequeño mi panda colonizó ese territorio. Para nosotros fue algo así como las grandes praderas para los indios. Mucho de nuestro tiempo lo pasabamos en este espacio, sólo costreñido por el lomo de La Loma, por una parte y por Las Canteronas cerrándolo por el sur. Lo conocíamos palmo a palmo. En primavera saliamos a la búsqueda de nidos, a ver si descubríamos a los verderones, jilgueros y azulines; en verano, con los calores bebíamos agua en el manantial, junto a la chopera; nuestros juegos otoñales a ladrones y policias nos llevaban a asaltar las canteronas y en invierno, con las polainas que encontrabamos por casa, saliamos a seguir el rastro de los lobos en la nieve ( cuántas fantasias pasaron por nuestras cabezas ) y a poner trampas con los picadillos para los jilgueros.

Más de una vez asaltamos alguna de las huertas que por allí había, ( nuestra panda tenía clasificados casi todos los frutales de las huertas  de Boñar y cercanías ). En Valles teníamos en  la lista las ciruelas de la huerta de Angelillo y los membrillos de Blas. También, a falta de tabaco del bueno,  liábamos con la planta del anís que por allá crecía. Más de una vez nuestras andanzas por este territorio comanche, diríamos hoy, acababan en las carreras de burros que dejaban las carboneras en la huerta de Ladis. Más de una tarde-noche nos acercábamos a la huerta de Rosalina ( qué bonito nogal tenía ) para ver si podiamos dar con el sacamantecas que decían que andaba por allá. Nuestra imaginación veía sombras , pero nunca al sacamantecas de carne y hueso.¡Qué tiempos!



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