El puente es pesadote y firme y sin embargo su lo mo es relativamente estrecho y cuando pasas por él lo haces con la sensación de que si llega el tren te puede empujar abajo. La cara sur es más grácil que la cara norte que parece que está cosida.
Asociada al río y a los puentes está la pesca. Siempre en Boñar hubo finísimos pescadores en toda clase de arte, a mano, a caña, a rejaque y..... Como se dice hoy día en mi infancia estaban los míticos Veleros, Tomás y Putis y otros varios cuyos nombres no recuerdo ahora. Mi pandilla también hizo expediciones al Porma y a la presa para cojer a mano alguna truchina y más de una tarde pacientemente esperabamos que nuestros rateles salieran llenos de cangrejos, eso sí ojo avizor para que no nos sorprendiera el tio Cambriles, dicho con todos los respetos .
Hoy nuestros rios flaquean en pesca y el canguejo ya saci es objeto de museo. Como muestra de lo que todavía hay por sus aguas admira estas "truchinas".
Hasta los Nicanores pasean por toda España nuestra pesca . La tarta de trucha, rareza para muchos, lleva el sello de la trucha boñaresa.
De niño iba a pescar con Canorín con una caña de bambú de 5-6 metros, sin carrete, que 'aparcaba' en el patio de la casa, y recuerdo las tartas hojaldradas de trucha que hacía; eran riquísimas, y los viajantes que se hospedaban en la fonda de mi abuela (Fonda Mary) alucinaban con tan suculento 'montaje'. La Sra. Chón las vendía en la tienda de los nicanores por riguroso encargo, y tengo que decir que las actuales tartas de trucha que elaboran sus primos en Madrid están muy buenas y siguen llamando la atención por su particular ingrediente, pero la patentada por Canorín es de los mayores manjares que he comido.
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