Es la primera sorpresa que nos tiene reservada Cueto. Subiendo por Barrio de las Ollas y después de un paseo por uno de los caminos de senderismo, llegamos a un pequeño pinar al lado de una pequeña cárcava subiendo hacia la falda de Cueto nos encontramos con esta cascada que en semana santa, cuando yo la vi, bajaba así. A partir de ella baja un pequeño riachuelo.
Es un lugar recogido y digno de conocerlo.
No es como la de Nocedo, pero tiene también su gracia.
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